jueves, 21 de marzo de 2013

Un amor dificil (Capitulo 4, continuación)



Me levanto de la cama y me dirijo al baño, tengo muchísima sed así que me bebo tres vasos seguidos de agua pero no se me pasa. Intento arreglarme un poco el pelo porque ya estoy bastante nerviosa pensando que ahora me voy a tener que enfrentar a los hermanos Solecio y sabía que no iba a salir viva de ahí.

Cuando bajo a la cocina veo que efectivamente están los dos esperándome pero además con refuerzos, están también Cadee, Eva, Bianca y Alec. Me dirijo a la nevera para coger un poco de zumo porque sigo teniendo mucha sed pero en ese momento Ian se mete por medio y me hace un gesto para que me siente en la silla que estaba libre. Me siento y comienza la lluvia de preguntas por parte de Ian, Paul y Cadee. Intento explicarles que no puedo decirles nada porque algo me lo impide, que yo quiero decírselo con todas mis fuerzas pero no puedo.

Bianca intenta un hechizo para ver si así consigue que pueda hablar pero no funciona. Me estoy poniendo demasiado nerviosa y sé que eso no es bueno, comienzo a sentir esa sensación como la de hace días. Mientras que Bianca está intentando averiguar que hechizo utilizar, Ian tiene una idea que le comenta a Alec, por lo que puedo ver en su cara a este no le gusta pero Ian la va a llevar a cabo de todas formas… Coge un cuchillo y le hace un pequeño corte a Alec en la mano, al instante me tenso y ya estoy al lado de Alec cogiéndole la mano. Todos se levantan de la mesa e intentan apartarme de él pero por algún motivo no pueden acercarse, estoy tan concentrada en que no pasen que es como si hubiese creado una barrera por lo que le oigo decir a Bianca porque no puedo quitar la atención de la mano de Alec. De repente escucho a Ian: “Kate aléjate de él, no hagas ninguna tontería sabes que no quieres hacerlo”. En ese momento levanto la vista y puedo ver la cara de terror de Eva mirándome desde la otra parte de la cocina, al ver esto suelto la mano de Alec y veo que Paul se acerca a mí porque ya no hay ninguna barrera, me coge por los hombros y me aparta de él.

Una vez que Alec tiene la mano curada vuelvo a la cocina llorando y preguntando: “¿Qué diablos me esta pasando?”. Ian se acerca a mi y me abraza, entonces yo exploto en sollozos, los cuales tardan un rato en cesar. Una vez que han parado le pido a Alec que me cuente esa historia que empezó el otro día en clase y para mi sorpresa comienza a contarla Paul: “Como ya sabes la historia sucedió en 1897 aquí en Strange Falls. Ian y yo todavía vivíamos aquí y conocimos a una chica llamada Ashley Vanderbilt tu antepasada como bien sabes. Era una chica muy dulce y amable, siempre intentaba complacer a todo el mundo hasta que un día cambió, de la noche a la mañana ya no era la misma chica, no hablaba con la gente y cuando lo hacia era muy seca. Comenzó a acudir a los combates que se celebraban por las noches y allí pudimos ver que había conocido a alguien…”

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