Al abrir los ojos no veía nada todo estaba oscuro. Intenté encender las luces pero no lo conseguía, no había ninguna. Comencé a escuchar ruidos y cada segundo que pasaba me ponía más nerviosa, al final conseguí distinguir que lo que estaba escuchando era a Nick.
Comencé a hacer ruido y a moverme porque quería salir de allí y entonces Nick entró a la habitación en la cual me tenía encerrada, pude ver como nada más abrir las cortinas sonreía con ese gesto de satisfacción y me miraba fijamente a la cara. Noté que tenía los labios mojados, me pasé los dedos por ellos y vi que era sangre, no podía ser, sólo podía ser de Nick.
Al ver la cara que ponía, Nick exclamó: "Excelente, parece que funciona. Va a ser verdad que eres una Vanderbilt querida, ahora tendré que comprobarlo más a fondo". Yo intenté escaparme pero Nick me sujetó por el brazo y me miró fijamente a los ojos, fue cuando me dijo: "Querida vas a hacer todo lo que te diga y lo primero que quiero que hagas es ir a casa, y..."
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